20070616

El Tulio Febres Cordero y el urbanismo en San Juan de Colón

Lic. Horacio Chacón

Centro de Historia del Municipio Ayacucho

El origen, formación y desarrollo de pueblos y ciudades en Venezuela obedece a factores diversos y a épocas distintas.

Durante la conquista y colonización varios pueblos fueron fundados de acuerdo al protocolo que impone el Imperio Español, otros parten de las comunidades indígenas o pueblos de misiones, y hay los que, se inician como caseríos que se fueron construyendo al calor de las actividades agropecuarias.

San Juan de Colón se enmarca dentro de estos últimos, ya que no existen un acta constitutiva de la creación de Colón como ciudad, pero si existe una declaración oficial del 29 de Noviembre de 1831, en que la Diputación de Mérida erige como Parroquia Civil al caserío de Los Llanos de San Juan, con el nombre de Parroquia San Juan de Lobatera, que para aquella fecha según datos recogidos por Jorge Omar Alviárez Mora, en su libro sobre el Municipio Ayacucho: “Perspectiva Geo Histórica”.

Existe para la época una población de trescientos cuarenta y cuatro habitantes y, que lentamente se va incrementando debido a factores diversos, que se van desarrollando durante el proceso histórico de su formación como ciudad, residencial, comercial y educacional.

En San Juan de Colón siempre ha existido una inquietud por el hecho educativo y, desde 1826 y 1831, se tienen noticias de la fundación de escuelas, como es la del Padre Casanova, quien funda una escuela para varones y otra para hembras, con la finalidad de cubrir las necesidades de los pobladores.

A finales del siglo XIX y principios del XX, se continúa la creación de centros educativos a nivel de primaria, pero no tiene una incidencia en el crecimiento demográfico del pueblo.

Se dan otros hechos que pudieron haber contribuido con el desarrollo urbanístico de Colón, como es la ubicación geográfica; el terremoto de Lobatera del 26 de febrero de 1849, la actividad comercial que utiliza al pueblo como punto de descanso entre los puertos de los cachos en el Río Zulia en Colombia, el de madera en el Río Escalante, el de Guamas sobre el Río Grita y la inauguración del ferrocarril de la Estación Táchira en San Félix.

Todas estas razones que le dan importancia a San Juan de Colón, no inciden significativamente en el crecimiento demográfico y urbanístico, ya que la gran parte del espacio se dedica a la actividad agropecuaria y, el casco central con un reducido urbanismo, centra las actividades comerciales en la venta de: café, telas, gasolina, molienda de sal, fabricas de bebidas gaseosas, alcohólicas y el mercado.

Según el capitán Rubén Darío Ramírez, en su relato del Colón que el conoció cuando llega en 1938 a prestar sus servicios en la guarnición del pueblo, en el mismo existen cinco puntos que delimitan la parte urbanizada como son San Vicente, por donde pasa la carretera central que da acceso desde La Fría y que continúa por La Esperanza y sale a la carrera 15, lo que se conoce hoy como "El Topón", que da la salida hacia San Cristóbal por el oeste se encuentra La Tapiza que culmina en un camino empedrado que permite la entrada a las Aldeas "El Peronilo, El Palmar, La Arenosa y La Popa".

Al sur oeste se encuentra el barrio La Borda, llamado así porque allí se encuentra el borde del declive que da al río Lobaterita.

Siguiendo las estadísticas del censo, para 1941 la población es de 4.118 habitantes y en 1950 la población es de 5.874 registrándose un incremento de 1.756 habitantes, para este momento Colón presenta unas características donde se une lo urbano y lo aldeano, a pesar de la existencia de varios Institutos de Educación como el Colegio Parroquial "Sucre", el Grupo Escolar " Francisco De Paula Reina", la Escuela Estadal "Andrés Bello" y "Débora Medina Vivas", de donde egresan jóvenes que desean proseguir estudios de educación media, pero solo pueden hacerlo quienes tienen los medios económicos para salir hacia San Cristóbal, Caracas, Maracaibo y otras ciudades donde existen liceos.

A pesar de que la cultura del petróleo tiene para la época treinta años en Venezuela, no todos los pueblos cuentan con un instituto de educación media.

Dadas las condiciones de los jóvenes que no pueden continuar estudios de secundaria, se crea en Colón la junta pro-liceo, la cual el 01 de octubre de 1958, da sus primeros frutos cuando inicia sus actividades El Liceo "Tulio Febres Cordero", en las aulas del Grupo Escolar "Francisco De Paula Reina", con 96 alumnos entre primero y segundo año, bajo la dinámica dirección del Profesor Amador González Rivero. En 1959 se abre el tercer año y pasa a funcionar en la calle 4 antigua sede del Concejo Municipal y la Casa de la Cultura, donde recibe alumnos no solo de Colón, sino de las poblaciones de San Pedro, Michelena, Lobatera, San Félix, La Fría y Coloncito; aumentando la población estudiantil y, dada la calidad de la educación que allí se imparte, su fama llega a la zona sur del lago, de donde emigra la población hacia Colón para que los hijos estudien en el liceo.

Cuando se funda el "Tulio Febres Cordero", el espacio urbano es casi el mismo ya que todavía se conservan las actividades agropecuarias donde hoy existe las urbanizaciones de: "Las Flores, Pérez de Toloza Chaguaramos, Las Mercedes, La Floresta, Ayacucho, Caño de Guerra, Santa Marta, Urdaneta y otras que hoy están urbanizadas.

Para 1941 con la llegada de pobladores Zulianos y de otras latitudes, la población crece y se ubica en 8.947 habitantes según el Censo.

Para esta fecha comienza a notarse un cambio en el Urbanismo de la ciudad, los solares ocupados por viviendas y, aparecen los primeros barrios y urbanizaciones que van dándole otro aspecto al pueblo, razón por la cual la Cámara Municipal con Don Antonio Ramón Zambrano, al frente, tuvo la visión de adquirir los terrenos de la margen derecha de la panamericana desde Urdaneta a la Piscina y la parte baja de Ayacucho, zonas que hoy están totalmente urbanizadas.

La década del 60, está marcada por el crecimiento de la ciudad urbanística y demográficamente con nuevas urbanizaciones, barrios, casa de mercado, plazas e iglesias. La población estudiantil a pesar de tener dos institutos de educación media el de Las Monjas y el Tulio Febres Cordero, son insuficientes, razón que obliga la construcción de nuevas aulas en la vieja casona de la calle 4, pero aún así se continúa con el mismo problema.

El 1964, la constante labor del Profesor Amador, con el respaldo de Antonio Ramón Zambrano desde la Cámara Municipal y el apoyo en Caracas de los coterráneos: Ramón J. Velásquez, Gonzalo Vivas Ramírez, Víctor Chaustre y Florencio Chacón; logran que el gobierno nacional apruebe la construcción de la nueva sede para el "Tulio Febres Cordero" y en 1968 inicia las actividades con el nombre de Escuela Técnica, pero luego se llamará Unidad De Educación Media "Tulio Febres Cordero", con la fusión del Liceo, la Escuela Artesanal, la Escuela de Comercio y el Liceo Nocturno del mismo nombre.

En conclusión podemos decir que el Liceo 'Tulio Febres Cordero", no es el único factor del desarrollo urbanístico de San Juan de Colón, ni el determinante, pero si tiene una influencia significativa en el mismo.

Cuando observamos el crecimiento demográfico y urbanístico, hasta la década de los 50, si bien es sostenido no es acelerado.

En 1941 la población es de 4.118 habitantes, pero el urbanismo continúa inalterable.

En 1950, los habitantes llegan a 5.874, pero el casco urbano es el mismo y, las actividades agropecuarias ocupan un gran espacio.

En 1.958 se funda el Liceo, pero para el censo de 1.961 la población se incrementa en 3.073 habitantes, llegando a 8.947 habitantes, ya se nota una transformación en el urbanismo con nuevas construcciones y la apertura y prolongación de calles y carreras.

A partir del 66, el crecimiento del urbanismo es evidente pasando la población de 8.947 en 1961 a 16.615 habitantes en 1971.

La actividad agropecuaria sede sus espacios al uso urbano residencial.