NARRATIVA DEL MUNICIPIO AYACUCHO
Eudes Alexander Moncada
Centro de Historia del Municipio Ayacucho
Hablar de la experiencia narrativa gestada a través de los tiempos en el Distrito Ayacucho hoy Municipio, es una tarea que se antoja sumamente difícil, pues para ser objetivo y verdaderamente exacto en la información suministrada se tendría que ser muy acucioso, pues es tal la cantidad de manifestaciones que se han dado en esta dirección, que lamentablemente es imposible poder decantar en este espacio la gran cuantía de información con que se cuenta sobre este importantísimo ámbito del quehacer artístico-cultural local.
Y se muestra contradictorio que a pesar de lo anteriormente expuesto, no exista una bibliografía condensada que recoja una relación exhaustiva sobre el tema, sino que existen múltiples textos y/o publicaciones, de diversa naturaleza donde se puede indagar al respecto, el problema estriba en que dichas fuentes tampoco se encuentran por decir algo, donde se supone en primera instancia que deberían estar, como por ejemplo
En este orden de ideas y pesar de los inconvenientes que se derivan de esta situación, gracias a la investigación desarrollada en este sentido se ha podido traer para el presente trabajo un compendio resumido, por así llamarlo, de forma muy somera y general de estos trabajos, donde fundamentalmente destacan el cuento, el mito y la leyenda producto de la tradición oral, además de las iniciativas que en su momento pudieron desarrollar antaño algunos escritores, sobre la poesía, el ensayo y hasta en el periodismo divulgativo, del cual hay una cantidad importante de expresiones que datan incluso de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y más recientemente, es decir manifestaciones contemporáneas tales como “El Colonense” (del Comité Pro-Cultura), el órgano divulgativo de ASOESCO (Asociación de Estudiantes Colonenses), El Lápiz y
Una Cronología del Periodismo como medio de manifestación Literaria en San Juan de Colón, Capital del Distrito Ayacucho.
1892.- 1.- EL TIMBRE(manuscrito), J. Timoteo Giusti.(1896)
1905.- 2.-
1908.- 3.- EL PRECURSOR, Br. José María Costa.(1912)
1910.- 4.-
5.- REDENCIÓN, Delfín Remires
6.- EL BALASTO, Elíseo Sánchez
7.-
1911.- 8.- ECOS DE AYACUCHO, Adm. Victoria Costa Reina, Marco
Tulio Torres
9.- EL ALBüN.Org. Colegio Santa Teresa, Amelia Giusti,
e Isabel Vivas de Torres
10.- EL ENSAYO, Menguarlo, Plinio-Oscar-Edmundo
11.- EL YUNQUE, Br. Luis Enrique Rojas
12.- EL AVANCE, Quin, O. Censales Velasco-Ramón M. Moreno
1912.- 13.- ECOS DE COLON,Seman. Br. Luis Enrique Rojas
14.- SOBRITOS, Jocoso, José Miguel Medina
1913.- 15.- BRONCES, Luis H. Gil Lecuna
1915.- 16.- ECOS DE COLON.
1916.- 17.- ARGOS, Leónidas Aranda Briceño
18.- EL BATEO. Arturo Martines
1917.- 19.- ECOS DEL NORTE, Br. José María Costa
20.- CLASES OBRERAS.
21.- PAN Y LETRAS. '
1926.- 22.- FÍAT LUX, Primero Periódico luego revista. Augusto Casanova Ciro Morales Mendes
1932.- 23.- ALTRUISMO, Ese.Fed.Grad.Samuel Darío Maldonado(1933)
Antonio Peña, L. Ortis Ochoa, L.H. Colmenares
1937.- 24.- N0,13-3, Altagracia Ramíres Navas
1941.- 25.- BRECHAS
1942.- 26.- EL COLONENSE, Seleucio S. Maldonado R.(18-10-47;
1943.- 27.- ADELANTE
28.- PRO ESCUELA
1944.- 29.- AVANCE,Org Alumnos del Colegio Sucre 3-12
1946.- 30.- EL GALLO PELÓN, Reinaldo García Hands
31.- EL DEMOCRÁTICO, José Medina, Francisco Alviarez G,
Reinaldo García Hands
32.- COPEY
1965.- 33.- CORREO PANAMERICANO, Humberto Lopes Ruiz 21-11
San Juan de Colón, fuente inagotable de inspiración de poetas propios y extraños.
Tomando prestado extractos del Discurso de Orden pronunciado por el Senador Edgar Flores Pérez, el 24 de Junio del año 1998, en Homenaje a "San Juan Bautista" Santo Patrono de Nuestra Ciudad de "Las Palmeras", en Sesión Solemne celebrada por
Cito:
“En esta ciudad de San Juan de las Palmeras, como diría el poeta Pedro Pablo Paredes, "de condición tan montañosa... tan distantes del mar", encontramos hoy reunidos, no se si por cosas del asar, o de Dios, tres símbolos, tres nombres que resumen nuestro perfil de pueblo. El Primero es el nombre de Colón, el audaz almirante, no sé como vino a posar sus carabelas en este llano de San Juan, tampoco sé cómo lo que fue un insignificante caserío, hace casi dos siglos, sin el renombre español, ni la altivez del criollo, ni siquiera con el ancestro de los indómitos indios chínatos apenas plasmado en loa hieráticos petroglifos de la piedra del mapa, no sé, repito, como lo bautizaron con el ilustre apellido del "aventurero de la inmensidad", Cristóbal Colón. Don Ramón J. Velásquez dijo que este nombre, más que una realidad era un símbolo, porque Cristóbal, en latín Chrístophorus, significa, el que lleva a Cristo, la fe, la religión. Colón o Columbus, masculino de Columba significa paloma, de manera que Cristóbal Colón significaría "palomo que lleva la luz y la fe de Cristo". La historia me muestra un pueblo que, por un extraño sortilegio de la fe de sus pobladores, sin saberlo, a lo mejor sin explicación alguna, lo llamaron Colón, y este nombre explica como bautizaron los pueblos de mi tierra, porque en las carabelas del Almirante, surcando los maree con rumbo a lo desconocido, fuerzas misteriosas metieron en las alforjas de los conquistadores una espada y una Biblia, símbolos de la fe cristiana y del valor de los hombres que nos traerían con el temple del acero y en la sangre de sus hijos, sus sueños y rebeldías, su lengua y su cultura- su civilización hecha de Catedral, Universidad, Municipio, normas e instituciones para hacer del nuevo mundo, un fecundo mestizaje en busca de la libertad. Este pueblo de reciente historia, hacia 1830, era solo un pequeño núcleo de familias trabajadoras, enclavadas en una meseta, fértilmente regada con aguas del Lobaterita y del Peronilo, de las quebradas de
Mas adelante cita lo siguiente:
“Durante algunos años, San Juan de Colón, fue como lo diría el Poeta Manuel Felipe Rúgeles…………..las diez casa de la aldea, se ven pintadas de cal y muestran rojas macetas de claveles y jardines sin barandas ni puertas mirando siempre el camino que marca rumbo a otra tierra…”.
Algo mas por San Juan de Colón
LUJOSA Y COMPLETA MONOGRAFÍA DE SAN JUAN DE COLON.
La nueva empresa comercial de Colón, BONILLA Y RAMOS PUBLICIDAD Ltda., publicará en breve, una extensa y lujosa Monografía de la ciudad de San Juan de Colón, la cual contara con gran material lectivo, gráficas y una cimentada información estadística sobre todas las actividades que se originan en la capital del Distrito Ayacucho. Los Directivos de la firma de Publicidad han comenzado ya a hacer los requeridos contactos con las entidades
Gubernamentales, educativas, cívicas, culturales, deportivas etc. a fin de obtener el mejor acopio de datos que puedan servir de testimonio al gran despliegue informativo propio de esta clase de publicaciones. La dirección de esta Monografía estará a cargo del conocido publicista y escritor B. S. Ramos Calvan, con la asesoría del cuerpo de redactores de la “REVISTA COLON”
(Información extraída de la REVISTA COLÓN , ejemplar N° 1, de mayo de 1973).
Por cierto fue imposible conseguir un ejemplar de dicha Monografía, a pesar de las múltiples diligencias hechas en este sentido.
Nace un nuevo ideario
“Cuando se forjan los rayos de un brillante amanecer, en la mañana del día 15 del mes de las flores –mayo- estará tomando los caminos de los diferentes senderos de
Vale mencionar que en las obras deben tomarse muy en cuenta, aquello que vaya en mejor beneficio de nuestra juventud, dentro de las cuales figuran el estudio y el deporte. Medios para lo primero lo tenemos, para lo segundo, nos acordamos cuando queremos aparecer ante un público como héroes, sin salir al campo de batalla…..Colón necesita se tome más en cuenta el deporte, porque por este medio estamos luchando contra poderosos enemigos de nuestra juventud, que cada día trata de desviarse del camino recto para tomar el torcido y lo compenetra perjudicando así el verdadero sentido patriótico. El nuevo IDEARIO, viene a demostrar en sus páginas, que podemos hacer de nuestro terruño, algo grande en lo material y rico en lo espiritual”.
Jesús Velásquez Urbina
(Información extraída de
Mitos y Leyendas de Nuestra Tierra
Los mitos y leyendas de nuestra tierra, son ricos en cuentos de caminos, de espantos y aparecidos, de sitios embrujados, de fantásticos acontecimientos que marcaron toda una época, a través de los mitos urbanos y que forman parte fundamental e indiscutible de nuestro folklore popular, que de generación en generación se han venido trasmitiendo como imperecedera herencia del gentilicio Colonense, en amenas tertulias nocturnas de zaguán o de pasillo, cuando alguna tormenta arrecia sobre los techos de zinc y tejas y la oscuridad se cierne sobre el apacible pueblo Colonense, apenas rasgada a intervalos por el nervioso parpadeo del perenne relámpago del Catatumbo, en la distancia.
Es aquí donde la realidad y la magia mística se conjugan, para que la imaginación y los relatos históricos, se entremezclen y den como resultado verdaderas joyas de nuestra Cultura Popular, que son memoria coloquial de la reciedumbre y estampa de nuestro pueblo y su pasado legendario.
En ese orden de ideas y como ilustración de lo anteriormente expuesto, a continuación dejo algunos extractos de estas manifestaciones de
Se iniciaba un año escolar. Beatriz comenzaba su primer año de trabajo como maestra. Pocos meses atrás se había graduado como bachiller docente y desde Mérida se traslado a San Juan de Colón. Muy temprano llegó al Grupo Escolar Francisco de Paula Reina y se presentó en la dirección del plantel con sus credenciales. Fue muy bien acogida y sus compañeros la invitaron a conocer el grupo. Cuando pasaron por el jardín le mostraron una gran piedra. La invitaron a subirse. Ella subió y se sentó sobre la piedra para contemplar sus petroglifos:
Serpientes enrolladas y comenzando a desenrollarse, caras de indios.
¡Quién sabe qué extraño mensajes!
—¿Qué significado le dan a estos grabados? -preguntó. - No se han podido descifrar, sólo sabemos que datan del tiempo de los indios. Dicen que la piedra tiene un extraño poder y que el que se sube en ella se queda en Colón para siempre.
Otro comentó:
—Y si esa persona se va, regresa para quedarse.
Entre bromas le dijeron:
—Seguro que te casas aquí y te quedas con nosotros.
Luego Julia prosiguió:
—Hace muchos años la piedra estaba un poco más allá. Dicen que al edificar esas casas del frente la piedra estorbaba y la enterraron.
Ese día la tormenta y la lluvia amenazaron con destruir a Colón. Estuvo lloviendo torrencialmente hasta que desenterraron la piedra.
Graciela añadió:
—Cuando construyeron el Grupo Escolar la rodearon un poco para que quedara en sus jardines. Pero dicen que siempre que han intentado moverla se desencadena una tempestad. Las centellas cruzan los aires en todas direcciones acompañadas de estrepitosos truenos y lluvias torrenciales. Aquí está cuidada y son muchas las personas que a diario la visitan, algunas como tú, para quedarse con nosotros.
Beatriz muy interesada en el relato miró la piedra, le dio vuelta, tocó sus petroglifos y exclamó:
—¿Esta piedra recibe algún nombre en especial?
—Si, —le contestaron a coro—. ¡
—¡
Siguieron paseando por los patios y jardines. Beatriz pensaba: "Me ha saludado
El automóvil se deslizaba veloz por la carretera San Félix-Colón. Sólo se divisaban los árboles en sus orillas, en el cielo titilaban algunas estrellas. La atmósfera era cálida y la brisa traía olor a flores. El vehículo estaba ocupado por cuatro pasajeros: Enrique, su esposa y sus dos hijos menores.
—¿Cuándo llegaremos, papá?— dijo un niño.
—Pronto, sólo faltan unos kilómetros.
—¿Por qué está tan oscuro, papá?- preguntó el otro niño.
—Porqué es de noche y no ha salido la luna.
—No me gusta esta oscuridad, debiera salir la luna.
En la lejanía se oyeron aullar los perros. Los matorrales al borde de la carretera parecían fantasmas. Se estaban acercando a la ciudad, ya se divisaban las luces que se reflejaban en el cielo. Sonaron las doce campanadas en el reloj de la iglesia.
—Estamos cerca de casa - dijo Enrique.
Al volver de una curva vieron a una mujer que les hacía señas para que se detuvieran. Enrique aminoró la marcha y frenó casi delante de la mujer, al tiempo que preguntaba:
—¿Qué desea, señora, podemos ayudarla?
Con los faros del automóvil pudieron detallarla: era delgada, vestía un sayón largo y negro, su cara expresaba dolor y era tan pálida que parecía una máscara. De pronto sus ojos brillaron y se desencajaron. Los niños lanzaron un grito de terror. La señora también gritó asustada. La mujer de negro exclamó con voz de ultratumba:
—¡Quiero a mi hijo!.
Como no le hicieron caso la mujer sacó de su faldón un hacha y dio varios golpes en el techo del automóvil. Todos gritaron. Enrique con el desconcierto no sabía que hacer, no acertaba a meter las velocidades, al fin, pudo acelerar y salir en veloz carrera dejando atrás a la mujer de negro. Cuando llegaron a Colón, los cuatro iban pálidos y sin habla. Uno de los niños balbuceó:
—¿Ver-dad pa-pá qué e-ra un es-pan-to...?
—No lo sé, hijo, pero nos ha dado un buen susto. Eso me pasa por detenerme en la carretera y en noche tan oscura.
—¿Quién será? - preguntó el otro niño.
—No lo sé, pero lo averiguaremos.
En los días siguientes se dedicaron a preguntar a los ancianos nativos de Colón. Uno les dijo:
—De buena se han salvado, a quien agarra lo destroza, han tenido suerte. Era una mujer de nuestro pueblo que llevada por un ataque de locura, un día, tomó un hacha y la arremetió contra su hijo y le dio muerte. Al morir, anda errante por los lugares oscuros de Colón y sus cercanías. Vaga en busca de su hijo. La llamada "
Cuando los truenos estremecían el silencio pueblerino del San Juan de Colón de la época y los rayos rasgaban la oscuridad de la noche. Don Alfredo Colmenares meditabundo y pensativo, exclamaba con solemnidad casi mística y con una especie de reverencia, ¡Ah caray la vieja Urbina está disgustada otra vez, se santiguaba y en silencio con la cabeza gacha musitaba en voz baja algunas oraciones, luego concluida las mismas procedía a contarnos
Comenzaba Don Alfredo Colmenares diciendo: "había una herniosa princesa indígena perteneciente a una de las tribus que poblaban esta hermosa región de la meseta de la sabana de San Juan, allá por el año de 1630, era de piel canela y larga cabellera azabache, cuerpo esbelto v recio, de mirada retadora y una reciedumbre propia de las mujeres andinas, era admirada y deseada por todos los guerreros jóvenes no solo de su tribu, sino incluso de otros tribus, su belleza sin igual y su majestuosidad de diosa, habían traspasado los linderos mismos de las fronteras naturales de toda la zona, pero nadie había logrado atraer su atención e interés, a pesar de que solían obsequiarles hermosos y costosos presentes, los guerreros mas apuestos y del mas puro linaje de las tribus de toda la zona todo parecía indicar que seria bastante difícil pretender a la escurrida damisela.
Sin embargo ya los rumores empezaban a preocuparle al Cacique Jefe de la tribu, según se comentaba entre sus pobladores, la princesa Urbina estaba enamorada de un extranjero, un hombre de largos cabellos como de mujer y que tenia el rostro cubierto por pelaje como si fuera un animal salvaje, también estaba cubierto su cuerpo por un caparazón que al darle de lleno los rayos del sol, refulgía corno el agua pero que era duro como la espalda de la gran tortuga, usaba anuas extrañas y utilizaba un lenguaje que nadie entendía, sin embargo había sido aceptado por los obsequios que ofrecía sin nada a cambio, pues andaba solo por las montañas casi muerto de hambre y de sed, todo andrajoso, el día que fue conseguido y traído a
Aquel día se le brindó un gran festín al extranjero, ante lo cual aquel extraño hombre obsequió tanto al Cacique jefe de la tribu como
A pesar de todo esto había alguien que no lo miraba con buenos ojos y que no confiaba para nada en el aquel extraño hombre, el piache el brujo de la tribu, un venerable anciano, de encanecido pelo y arrugada tez, que lo seguía vigilante con su mirada en cada una de sus acciones y que a cada oportunidad que tenia le hacia cizaña con el Jefe de
Cuentan que la princesa Urbina aceptó con resignación el castigo y se refugió en lo más profundo y recóndito de las montanas, que bordean con sus alturas la parte alta de la meseta de
Sin embargo cuentan los ancianos que allí hay un paraje exótico de una belleza sobrenatural, donde existe una cascada de blancas aguas y de un ensordecedor bramido, mas sin embargo para llegar a ella hay que desprenderse de todo sentimiento negativo, donde debe la persona prepararse espiritualmente, mantener una paz de pensamiento, para poder por lo menos observar la cascada en la distancia, pues si por el contrario se va hacia ella con malos pensamientos, vociferando malas palabras o ejecutando malas acciones, es inminente la casi inmediata presencia de una espesa niebla, que no permite ver un palmo mas allá de la respiración misma de la persona y un silencio tétrico invade todo.
Dicen que allí mora
(Material autoría del Poeta y Escritor Colonense Alexander Moncada Colmenares, extraído y recopilado de la Revista “Sinopsis”, N° 3, Julio-Septiembre de 2006).
Poetas de aquí y de allá, de ayer, mañana y siempre.
Una de las manifestaciones literarias sin duda alguna de mayor importancia como expresión de la belleza de la palabra escrita, es definitivamente la poesía, la cual ha tenido en el Municipio Ayacucho cualquier cantidad de cultores en diversas épocas de su devenir histórico, por ende dejamos a partir de las siguientes páginas, una relación de algunos de estos bardos hacedores de versos.
Algunas Producciones Literarias del Poeta Fallecido que no son conocidas
Auto Semblanza Lírica del Poeta TEODORO GUTIÉRREZ CALDERÓN
EN MI CUMPLEAÑOS (Para Comentarios)
Cumplo mis setentaiseis, pues que nací en el noventa, y si no es falsa esta cuenta, por mis canas lo sabéis.
Nunca he sabido mentir, y no siendo un viejo chocho, digo que supe ingerir trago años cuarenta y ocho.
Tuve más de siete novias, hasta hallar la esposa mía la que me regaló un día un ramillete de orobias, Celina, mi faro y guía.
Soy hijo de dos países y dos cédulas poseo para bien de mis narices y a ambas adoro y deseo.
Nunca he sido subalterno sino jefe de oficina tanto en
Y en esos ratos diversos que deja la obligación, al piano le sacó son y al estro le robó versos.
Fui estudiante de primera: los seis de bachillerato los cursé tan sólo en cuatro, y esto es verdad verdadera.
Dos libros fueron mi engendro trazados no en forma empírica el uno FLORES DE ALMENDRO y el otro FRONTERA LÍRICA.
Y otro más trazó mi mano, que tampoco es un engaño: un libro de Castellano para estudiar Primer Año.
Pero lo que más me alegra en estos calientes trigos, es que mi suerte no es negra pues tengo mucho amigos.
Uno de ellos y el mejor, de amistad sin una nube, es ese hombre superior, que se llama ADOLFO ALTUVE.
Y es bien seguro que él sea para endulzar todo acíbar, el de la feliz idea de la estatua de Bolívar.
Una ciudad me enloquece, de noble y altivo porte: la joven Perla del Norte
que todo se lo merece.
Y si acaso el año entrante ya he dicho la despedida recordad que en todo instante mi alma ha sido agradecida.
Amo al artista, y notorio por demás, y es bien sabido que en toda hora he defendido a nuestro Conservatorio. Cúcuta y yo a toda hora veremos, no en forma empírica eso de FRONTERA LÍRICA y de la locomotora.
Con que Adolfo Altuve Salas a Cúcuta regaló, se nos abrieron las alas y todo rencor murió.
Amo al artista y al hombre que sabe bien trabajar: al que le gusta robar le doy de ladrón el nombré.
Cúcuta no es robadora sino de los corazones; son gentes de otras regiones los que nos roban ahora.
Por eso en forma exquisita y en frase de bello corte la llaman Perla del Norte y Reina del Pamplonita.
Y aquí acaba esta oración conque con hondo derroche os ha rezado esta noche.
T. Gutiérrez Calderón.
Canto a San Juan de Colón
(Fragmento)
¿ Qué secretos tesoros
grabó el indio de América
en tú piedra del Mapa misteriosa
muda esfinge de uncí raza muerta
descifrarlos no saben todavía
los ojos de la ciencia
si allí están cinceladas las estrofas
de algún indio poeta,
que escribió los dolores de la raza
ya vencida y enferma,
como el canto del cisne cuando muere
como el barco que se hunde en la tormenta
o el último aletazo de la garza
que atraviesa una flecha
o al postrimer suspiro de la tarde
cuando el cansado sol
sus ojos cierra?
Teodoro Gutiérrez Calderón
Soy Colonense
(Fragmento)
Soy colonense
de tierra y corazón
y si de mi tierra me fuere
en larga y obligada ausencia
allende las montañas
a mi tierra recordaré
sumido en la soledad,
la nostalgia y la tristeza....
Y cuando llegue
el postrero otoño gris
cubriendo inclemente mis sienes
tornaré a mi tierra
cargado de años
para que reciba mis despojos,
más si es del supremo creador
que mis cansados ojos
no te vuelvan a contemplar
San Juan de Colón
¡oh, mi amada ciudad!
en mi lecho moribundo
mi última voluntad,
que a tu ancestral suelo
me lleven a sepultar
para fundirme con mi tierra
en un abrazo eternal
y cumplir la mística ley
de la piedra del mapa encantada,
que aún después de muerto
lejos del primer hogar,
el camposanto colonense
ha de ser nuestra última morada.
Jorge Ornar Alviárez Mora.
Los Primeros Poemas
(1975)
CIUDAD
Llegan las noches
los días se van
y tú aburrida de vivir
¡Oh! gran ciudad
solo el Cristianismo te sostiene
sobre el juego intraducible de palabras
Torres del silencio
separadas de cabeza
atadas por el mismo cordón umbilical
soportando sin el cálculo de probabilidades
la contaminada atmósfera
testigos son de inconfesables confesiones
de arrepentidas putas sobre sus bases melancólicas
sin embargo eres pura y casta
igual a María la virgen
duélale o no al señor en las alturas
al obispo o al Arzobispo.
DAME AGUA PATRIA
No quiero más patria
tu cáliz de sufrimientos apurados
dame el agua del pueblo de mi infancia
cirios y candiles
que cicatricen tus heridas
porque diez cristofueses han muerto
sobre el alba glacial de tu corazón
dame patria mía agua
que la muerte entra y sale
de tu casa a las cuatro de la tarde.
Nancy García
Clase aparte debe hacerse en esta parte del trabajo, para hacer mención especial del poeta Colonense William José Delgado Alviarez y de su creación literaria especicificamente en el renglón de poesía.
PRESENCIA
Sembraste en mi alma
caminos verdes
era yo niño.
Desde entonces he vivido
abrazado a tus ojos.
Contigo mi infancia y juventud
no conoció fronteras
hilaste en mi, muchos encantos,
todo lo evoco: Madre mía
llevas en tu cara
dos estrellas verdes
como la presencia de aire
eres la luz que respiro.
William Delgado Alviárez
LAS HORAS GRANDES DE UN EXPERIMENTO LÍRICO
Los minutos Comienzan A Desgasjar.
El Timbre A Clase Llama
Estudiantes, Libros, Cuadernos en Manos
Al salón de Clase, Optimistas
Los Pupitres van a Ocupar
Silencio, Expectativa, Emoción
Atmosfera Calcínate A Todos nos Envolvía
Jóvenes, Profesor, Musas, Educación.
El Aprendizaje es el Objetivo a Lograr
Los poemas uno a uno en el Espado del Aula
Como Ruedas Comienza a Girar.
Mi Espíritu Adquiere un Nuevo Rumbo:
Orgullo, Felicidad, Planes Viejos Cumplidos
Ante
Versos, Frases y Palabras tan Humanas
En Boca de éstos Chamos; Que son de
El Manantial Hermoso que Brotará Mañana.
Son Temas mil. Diferentes:
Adornados Mágicamente A su Vida Cotidiana;
El Amor.
El Hambre y
Que a
A Luchar, A Trabajar, A Estudiar.
William D. Alviarez
Del Poemario recién bautizado (29 de Noviembre de 2006), “Bitácora Noche Adentro”, de Alexander Moncada Colmenares, publicado en
Cuantos Dioses invocados y reyes sin trono, los magos fueron urgidos en la melancolía del conjuro y los reinos desamparados ardieron en su lujuria por mil años más, hasta que el profeta de la noche le madrugó al olvido y decretó la luz en medio de la soledad, para darle nuevos estandartes a la senectud del fuego. Ahora más que nunca vivo del aura que brota en las orquídeas, bajo la mirada de una estatua de azafrán, por donde las llamas con un temblor de hojas, son arrastradas por el aliento del huracán que vino a conversar con el miedo.
Alexander Moncada Colmenares
He visto diminutos seres bebiéndose la noche
Devorando el ocre de los espacios vacíos
Fumándose el hastió y el silencio en un solo cigarro
Espantando las sombras con tertulias de bohemios
Y luego huir con el eco de los versos en sus bolsillos.
Alexander Moncada Colmenares
Cada piedra cuenta una historia y cada huella desanda un camino
Por las dehesas del Olimpo viajaron los peregrinos cantando leyendas
Y por los senderos del cielo se fugaron las nubes
Hoy recuerda la lontananza como se fueron los rayos de sol
El óleo que pinto el juglar dejó escarcha de panderetas
Con el tiempo volvieron las musas a libar sus llantos
Entonces se crucificaron los siglos, allí donde dejaron de ser eternos los Dioses.
Alexander Moncada Colmenares
CONCLUSIÓN
La narrativa como ejercicio literario en el Municipio Ayacucho, ha comprendido diversas épocas y múltiples manifestaciones a través de los cultores de la belleza de la palabra escrita, es así como escritores de la talla de Don Seleucio Maldonado, del Dr. Ramón J. Velásquez, de la poetisa Carmen Rosa Mora Orozco, del fallecido Poeta William José Delgado Alviarez, del polifacético Carlos Cruz, del Br. Jorge Omar Alviarez Mora, de Eudes Alexander Moncada Colmenares, los cuales cada uno en su momento y con su estilo propio han marcado pauta y sentado precedentes importantes en la fragua del devenir y del quehacer artístico-cultural en el Municipio Ayacucho.