20061220

AULA INTERACTIVA DEL SIGLO XXI

Lic. Nelson Garzón


La educación es sin duda el medio a través del cual la población tiene acceso al conocimiento y al desarrollo. Los cimientos de una sociedad se hallan en la educación, de la calidad de esta educación depende el desarrollo de esta comunidad. En Venezuela desde la colonia se plantearon diversos esquemas y propuestas para la construcción de un nuevo país acorde con el pensamiento de libertad y de autodeterminación que se había planteado desde un comienzo. Son muchos los experimentos y propuestas que desde entonces se han ensayado en los diferentes momentos históricos que ha tenido la nación.

En las últimas décadas se ha estructurado nuevas formas del pensamiento y del saber. El conocimiento se ha convertido en la clave para el desarrollo de las grandes potencias que fundamentados en el mismo han visto la herramienta para el logro de sus potencialidades. Vale la pena comparar los sistemas educativos de los piases del norte y de los piases del sur y así mismo reflexionar que impacto ha tenido el capitalismo sobre nuestra educación y sobre el pensamiento y conducta de nuestra sociedad.

Al analizar los impactos del mercado en nuestra sociedad de consumo percibimos la necesidad de buscar nuevos enfoques para nuestra educación, buscando una escuela acorde con los nuevos paradigmas del postmodernismo y de la sociedad del conocimiento al descubrir que sobre este se sustenta el futuro de las naciones, por lo que debemos ir en la búsqueda de una educación democratizada, que nos lleve de regreso a nuestros principios fundamentales y nos encamine al desarrollo de potencialidades que nos permita entrar en igualdad de condiciones en el panorama mundial.

NOBLES PROYECTOS PARA NUESTRA EDUCACIÓN

En la nueva sociedad del conocimiento, hoy más que nunca la educación juega un papel determinante en el desarrollo de un pueblo. Precisamente la educación ha sido un factor fundamental para que los países del norte se consoliden tecnológica y económicamente. Son muchos los postulados de teóricos, filósofos, investigadores, estadistas que han visualizado esquemas para el ejercicio de una educación abierta a los procesos de cambio histórico y culturales que contribuya a la formación de hombres y mujeres que se adapten a una sociedad cada día es más secularizada por los medios de comunicación, una sociedad que se ha tornado confusa, artificial, relativista enmarcada en la cultura del video clip, del vientre plano, del chisme televisivo, de lo efímero. Una sociedad del estuche y del use y bote.

Atrás quedaron las nobles intenciones de Don Simón Rodríguez, José Rafael Revenga, Carlos Soublette, Agustín Codazzi y el mismo Libertador Simón Bolívar que abogó siempre por una educación comprometida con el espíritu de libertad de un pueblo oprimido, buscaba formar nuevas consciencias de ciudadanos con capacidad de autodeterminarse y de construir una nueva patria libre y soberana. “El afán de desarrollar la educación como base de la república forma una tradición tan constante, que ningún problema se queda sin explorar, y se establece que definitivamente la redención económica y política del pueblo ha de ser el objeto primordial de aquél propósito” Augusto Mijares (1970).

Pero este proyecto era muy difícil de materializar en la guerra de independencia y luego en las guerras caudillistas que sacudieron el país después de consolidada la república. El 27 de junio de 1870 Guzmán Blanco decreta “la Instrucción gratuita y obligatoria”; de esta manera el estado le arrebata a la iglesia la empresa de la educación que por siglos consolidó un pensamiento teocentrista en nuestros pobladores que aún en las postrimerías del siglo XIX cargaban a sus espaldas la culpa del pecado original. A partir de esta fecha se empiezan a operar cambios en el pensamiento del ciudadano. En la pintura por ejemplo la figura piadosa es sustituida por el retrato del héroe o por el paisaje, en la música, el romanticismo invade nuestros auditorios, la literatura se abre a nuevas corrientes como el modernismo y en general la sociedad comienza a liberarse del pensamiento colonialista para abrirse a un pensamiento positivista. Sin embargo estructurar estos cambios en una sociedad casi analfabeta que vivía en condiciones insalubres, en un país sumido en guerras con una esperanza de vida que oscilaba entre los 30 y 40 años, con una economía agropecuaria que se sustentaba en políticas de terratenientes que controlaban la tenencia de tierras. Para 1920 en Venezuela escasamente se leía, más del 85% de la población era analfabeta y apenas el 0.15% realizaba estudios universitarios y todavía para 1930 persistían las altas tazas de analfabetismo, cerca de unos 1300 jóvenes estudiaban bachillerato y apenas habían unos 60 maestros graduados de una población que ya hacía tiempo sobrepasaba los tres millones de habitantes.

Posteriormente viene la apertura de la economía petrolera, éxodo de campesinos a centros poblados, se estructuran cambios políticos y por ende en la educación, en 1936 inicia actividades el Instituto Pedagógico, las Escuelas Normales y los centros para la formación en Artes Plásticas, Música y Teatro. En los cincuenta surgen las primeras universidades privadas, aumenta la esperanza de vida, mejoran los servicios públicos y la economía crece gracias a la renta petrolera. En los años sesenta se masifica la educación. “En la década de los sesenta se alcanzó un máximo de idea creencia que relacionaba la educación e industrialización con desarrollo” Uslar Pietri (1992). Es decir que a mayor cantidad de técnicos y profesionales habría un mayor desarrollo tecnológico y por consiguiente un mayor crecimiento de la economía que se traduciría en un mejor nivel de vida de los venezolanos. Vale la pena preguntarse si en las siguientes décadas se incremento enormemente la cantidad de profesionales, ¿por qué el avance tecnológico del país no se concretaba?, Se entendía como tecnología a las cientos de toneladas de maquinaria que se importaba para montar un aparataje industrial operado por profesionales con una escasa formación y analfabetos en el manejo de dichas maquinarias.

Ante el crecimiento poblacional se hace necesario abrir todavía muchas escuelas más e igualmente hacer la apertura de nuevas carreras en educación para la preparación de nuevos maestros en cuyas manos estaba el futuro del país. Muchas han sido las discusiones, reformas, proyectos que se han realizado en función de la reforma educativa venezolana, pero pocos los avances en esta materia. “La actual educación no responde a las exigencias del mundo globalizado y postmoderno” Pérez Esclarín (1999).

Al parecer en la nueva sociedad del conocimiento la distancia entre los que saben y no saben se acentúa cada día más. Con el fenómeno de la globalización la educación corre el riesgo de reproducir la que ha sucedido en el área económica cuando la riqueza se concentra en un sector minoritario que explota con su capital a masas de obreros cuyos sueldos no les alcanzan ni para su alimentación. Así mismo el conocimiento lo secuestran sectores poderosos para su propio beneficio y para continuar con la explotación de los sectores desfavorecidos. “El verdadero recurso dominante y factor de producción absolutamente decisivo no es el capital, ni la tierra, ni el trabajo, sino el conocimiento” Peter Drucker (1997)

Los países que hoy poseen un mayor avance tecnológico han puesto énfasis en un sistema educativo en el cual el individuo maneja las estrategias y recursos para el autoaprendizaje permanente, los materiales para acceder al conocimiento están al alcance de las mayorías. Pero que difícil es para un estudiante de bajos recursos adquirir un texto actualizado para preparar una monografía o tesis, o trasladarse para realizar una investigación de campo, sin nombrar el alto costo de materiales que exigen algunas carreras como ingenierías y de especialidades médicas o de avance científico. En nuestro país cada día se hace más difícil ser médico, dentista, ingeniero, investigador; pareciera que algunas carreras estuvieran reservadas solo para los que poseen dinero. Resulta que en esta sociedad postmoderna al pobre además de negársele el pan también se le niega el conocimiento. “No debemos afirmar: los niños pobres fracasan en la escuela, sino la escuela fracasa con los niños pobres” P. Esclarín(1999). En esta sociedad del conocimiento solo los que poseen los medios pueden desarrollarse y el que no posea los recursos para adquirir el conocimiento esta condenado a llevar una vida de miseria y esclavitud.

LA PROBLEMÁTICA DE LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA

Pero ¿por qué pese a todos los esfuerzos, proyectos e inversión de recursos nuestra educación no logrado avances significativos?, ¿Por qué nuestra sociedad cada día es más autómata, apática, mediocre, insensible e irresponsable?, Podríamos culpar a los maestros por su escaso nivel intelectual, pobreza de vocabulario y ausencia de valores. O tal vez al capitalismo que convirtió a la educación en un negocio lucrativo en donde se ofertan toda una variedad de talleres, seminarios, cursos, diplomados, postgrados… es mejor docente el que tiene mas cartones en la pared de su oficina y la mayoría de estos estudios son a distancia, pero pareciera que fuera a distancia de los alumnos y de la comunidad. También podríamos culpar a los caciques de la educación que agremian a los docentes para obtener beneficios particulares convirtiendo a estos en herramientas para perpetuarse en un cargo sin importar la preparación que tenga el docente, su experiencia, su espíritu de servicio a la comunidad, su dignidad, sus principios. Se impone entonces el clientelismo, el facilismo, la mediocridad, la adulancia, quedando en segundo plano los verdaderos valores que sirven realmente para la construcción de una sociedad. También deberíamos reflexionar sobre los postulados educativos que se han fundamentado en un trabajo que proviene de diversas disciplinas del conocimiento dentro de un esquema superficial, memorístico y ajeno a nuestros valores.

Otro factor que influye en el fracaso escolar es la democracia petrolera y parasitaria que profundizó en la perdida de autoestima del venezolano, de sus valores y de su identidad, por su parte los medios de comunicación y en especial la televisión desencadenó una política publicitaria desenfrenada, agobiante. Cientos de productos desfilan frente a los ojos del venezolano, el neoliberalismo le impone al pueblo su forma de vestir, de comer, de desplazarse, de pensar. Las grandes vallas, las portadas de las revistas, los comerciales televisivos nos muestran una forma de vida placentera, cómoda, elegante, bella, desinhibida, a la cual solo tiene acceso un sector privilegiado mientras alrededor de las grandes ciudades se ha tejido un cinturón de miseria frustrado por un modelo de vida costoso al cual no puede acceder.

El venezolano se acostumbra entonces al facilismo, se llena de objetos para ocultar el enanismo de su espíritu, se impone la cultura del estuche sin importar su contenido, todo es efímero, por lo que constantemente tiene que estar sustituyendo los productos que compra, las relaciones familiares se tornan distantes, la televisión sustituye los consejos de los padres, el almuerzo o la cena en familia, se rompen los lazos de comunicación y la familia como núcleo fundamental de una sociedad tiende a desaparecer, cada cual toma su rumbo y se capitaliza la educación de los hijos en instituciones que ofrecen toda clase de servicios. El poder de la apariencia se vuelve abrumador, se impone la etiqueta sobre lo básico, lo efímero sobre lo estable, se impone una dictadura del diseño, de la forma, quien no se ajusta está afuera y debe sustituirse.

EL PENSAMIENTO POSTMODERNO EN NUESTRA EDUCACIÓN

En las últimas décadas el fenómeno de la globalización se acentúa aún más y el impacto sobre las sociedades se ve reflejado en pautas de comportamiento que no corresponden con la autenticidad de la cultura heredada de nuestros ancestros, la cultura del consumo se impone a cualquier valor subyacente en nuestras raíces y el pensamiento postmoderno sin darnos cuenta se posesiona de nuestra sociedad. Nuestros niños y jóvenes poseen un pensamiento postmoderno que a diario se modela en nuestros hogares y que principalmente penetra a través de la televisión.

En primer lugar se exalta al cuerpo, nos introducen en el mundo de la apariencia, sin importar los sacrificios con tal de tener un cuerpo hermoso, firme, esbelto. Muchos callan y sufren en silencio la frustración de no tener el cuerpo que promociona la televisión, las grandes vallas y las revistas. Pero para ello el mercado extiende toda una serie de posibilidades y de ofertas que van desde pastillas, cremas, dietas, manuales de ejercicios y control mental, aparatos estrafalarios, cirugías y cuanto se les pueda ocurrir para solucionar los problemas de obesidad y de flacidez. Sucede que en esta cultura del vientre plano los gordos, los viejos y los enfermos no tienen cabida y para ello las personas se someten a los más extraños rituales para adelgazar, pero luego se engullen hamburguesas, pizzas y pastas en lujosos centros comerciales que el sistema ha dispuesto para el consumo de comidas rápidas con elevados niveles de grasa, harinas y preservativos que se traducen en enfermedades cardiovasculares, cáncer y glicemia; bastaría con analizar las estadísticas médicas para darse cuenta.

La modernidad se fundamentó en el concepto nihilista de la abolición de Dios como un recurso obsoleto para la solución de los problemas y se llegó a pensar que con la postmodernidad las religiones desaparecerían y sociedad moderna estaría caracterizada por un ateísmo generalizado. Sin embargo el mercado ofrece una gama de soluciones espirituales. En la postmodernidad abunda toda clase de religiones para llenar el vacío espiritual. Tarot, cristaloterapia, yoga, astrología, esoterismo, libros de autoayuda… usted escoge la receta que más le conviene a su espíritu. Todos los días la televisión nos preconiza nuestro destino, nuestra economía, nuestros sentimientos, nuestra salud. Las grandes religiones entran en crisis pues lo religioso se vuelve cada vez más particular y hay una explosión de fórmulas que preconizan las virtudes de la nueva era. “Hoy todas las religiones entran competitivamente en el auto servicio (self – service) de las ciber sociedades”. Aguirre (1999),

Las noticias provienen de una minoría que genera una matriz de opinión. Las grandes transnacionales han defendido sus intereses a través de los poderosos medios de comunicación, mientras el estado venezolano ha contado con una solo canal televisivo de cobertura nacional y unos pocos medios escritos para divulgar sus proyectos, a diario asistimos a un monologo teatral generado por las potencias del norte, todo lo que transcurre allá es noticia, mientras que el sur es noticia cuando ocurren calamidades como un terremoto o un huracán, en el sur todos somos ignorantes, pobres, feos y violentos. La forma de pensamiento neoliberal fue vendido por décadas a la sociedad venezolana que valientemente ha resistido los embates de un sistema global de medios que desata una agobiante campaña a favor de sus intereses, no obstante que difícil es no caer en ese abismo fetichista y aparente de la cultura de lo efímero cuando en Venezuela casi todas familias tienen uno a varios televisores, cuando emisoras de radio casi todas privadas llegan hasta los sitios más recónditos de nuestra patria y los titulares de la prensa escrita nos abruman con sus anuncios nefastos en cada esquina de nuestras ciudades. De tal forma que la conducta que asume nuestra sociedad está planificada por sectores económicos poderosos que requieren el consumo de sus productos. Nos asombramos por la conducta de nuestros niños y jóvenes y no nos damos cuenta que su pensamiento y el nuestro ha sido modelado en un contexto postmoderno, neoliberal y capitalista. Es aquí cuando la escuela y el docente deben asumir el reto de adaptarse a los cambios y redimensionar la educación en función de nuestros valores esenciales, de nuestros antecedentes históricos y culturales, de nuestro espacio natural, de nuestras necesidades fundamentales, del respeto al individuo y el desarrollo de potencialidades.

LA MODERNIDAD Y EL POSTMODERNISMO

La modernidad se abre a los cambios del siglo XX provista de importantes cambios para la humanidad, en la tecnología con el proceso de industrialización, en lo político con la caída de las monarquías y la polarización del mundo en dos bloques, un bloque socialista y un bloque capitalista. En lo social con la abolición del feudalismo y el fortalecimiento de nuevas clases sociales como la burguesía y el proletariado, la modernidad trajo consigo las dos guerras mundiales, la conquista del espacio, importantes adelantos en el área científica, tecnológica y la concentración de personas en importantes centros urbanos, teorías en el área del comportamiento humano, la filosofía, el arte y la política.

En las últimas décadas comienzan a sucederse cambios en la estructura del pensamiento del hombre, cambios que se venían operando como consecuencia de los desordenes de la misma modernidad como el calentamiento global, las constantes guerras, las armas nucleares, la desaparición de especies, el océano convertido en un vertedero de basura. “La postmodernidad surge de un profundo desencanto al palpar los efectos deshumanizantes de la ciencia y el progreso”. Enrique Gervilla (1993).

Con la postmodernidad el mundo entra en un relativismo total, todo es válido, hay perdida de fe en el progreso, todo se centra en el presente, todo es efímero, vago. Si solo existe el presente se impone la información momentánea.”Hemos llegado al final de la historia, solo contamos con los pequeños relatos de televisión” Pérez Esclarín (1999).

Si la postmodernidad centra todo en el presente, entonces no hay que preocuparse por el futuro, tampoco existe el pasado, sin futuro no tienen sentido las grandes utopías. El mundo existe hoy y por lo tanto hay que disfrutarlo, el mañana se ignora. La información se impone sobre el conocimiento. El conocimiento queda para los sectores poderosos y privilegiados, hemos regresado al oscurantismo medieval donde el conocimiento estaba destinado solo para el clero y la burguesía. Esto se evidencia cuando los países del norte logran un mayor desarrollo tecnológico mientras que en el sur, dada la pobre escolaridad su desarrollo todavía es incipiente. Cuando afirmamos que la educación no responde a las exigencias del mundo postmoderno es por que la mano de obra actual debe ser especializada y en proceso de información permanente de procesos abstractos en ciencias como la estadística, la matemática y la informática.

LA ESCUELA DEL SIGLO XXI

Ante este panorama incierto, la escuela actual debe ajustarse a las exigencias de la vanguardia y buscar las estrategias para ajustarse a estos cambios permanentes en esta era de la información, pero teniendo muy en cuenta los principios de autodeterminación de los pueblos, de su historia, cultura y valores fundamentales en los cuales debe construirse una sociedad. Democratizando el conocimiento para que haya igualdad de condiciones para el desarrollo de nuestros talentos y el acceso a las profesiones del futuro. Las siete industrias básicas del siglo XXI son la Microelectrónica, la Biotecnología, Industrias en las Ciencias de los materiales, las Telecomunicaciones, Maquinas, herramientas y la informática. Lester Thurow (1992)

Para un cambio en la estructura de nuestra sociedad debemos regresar a los principios de educación con los cuales se construyó nuestra república, aquellos nobles ideales de Bolívar y quienes le acompañaron en sus luchas por la liberación del continente Americano, de tal manera que se operen cambios profundos en el pensamiento de nuestra población. Para ello debemos abrir los ojos de nuestros alumnos para que aprendan a discernir toda la carga informativa que nos llega, el cambio debe partir desde la educación inicial, la educación básica, el liceo, la universidad. En este sentido las escuelas de educación tienen una enorme cuota de responsabilidad al dotar al nuevo docente con herramientas que le permitan interactuar con el fenómeno de la postmodernidad, asumir un mayor nivel de exigencia y sobre todo abrir los ojos hacia el verdadero conocimiento e insertar verdaderamente al nuevo docente en el contexto social como un elemento imprescindible para los cambios que se necesitan y no quedarnos atrás en la loca carrera del capitalismo carnicero, de la información banalizada, del chisme televisivo, del estuche bonito, de los objetos efímeros, del miedo, la mentira y la violencia. Que se siembre en las mentes de nuestros niños y jóvenes el verdadero amor a su familia, comunidad, a su patria, profundizar en un verdadero sentido de pertenencia y crear las condiciones para un verdadero aprendizaje permanente y constructivo. Según Pérez Esclarín se le pide a la educación de hoy el desarrollo de competencias en:

Capacidad de autonomía en la toma de decisiones.

Posibilidad de pensar estratégicamente, planificar y responder creativamente a las demandas cambiantes.

Capacidad de observación, interpretación y de reacción con toma de decisiones imprevistas.

Capacidad de resolver problemas, formular alternativas, ecuaciones, soluciones y evaluar resultados.

Capacidad de transformación de ideas en aplicaciones practicas.

Conciencia acerca de criterios de calidad y desempeño.

Autodisciplina en el trabajo.

Al desarrollar estas capacidades el alumno podrá contar con recursos verdaderos para asumir su propio proceso educativo, para romper con el individualismo e integrarse a su comunidad e interesarse por los verdaderos valores que forman parte de nuestra cultura. De esta manera el alumno comienza a vivir su propia vida y no que otros vivan su vida, que pueda ser creativo, participativo, protagonista en la construcción de la sociedad, que se sienta orgulloso de su paisaje, de sus tradiciones, de su herencia cultural. La pedagogía debería estar orientada en dirección hacia un proceso de autoaprendizaje de manera que el alumno identifique los medios para acceder al conocimiento y dependa en menor medida del docente. Miriam Heller (11995) afirma que el alumno deberá:

Pensar lógica, clara y profundamente.

Responder a las exigencias intelectuales y socio-afectivas que crecen día a día, de disfrutar su libertad en forma inteligente y responsable.

Cultivar su sensibilidad y sus valores como vía de auto-realización.

Convivir adecuadamente en un medio informatizado que demanda la configuración de estrategias para enfrentar la novedad y hacer el mejor uso de la tecnología avanzada.

Canalizar su energía y potencial creativo de manera constructiva.

En esta misma dirección, Javier Dupla (1999) plantea que la buena educación debe proporcionar:

HABILIDADES INTELECTUALES

Saber entender las expresiones verbal y escrita de los demás y saber expresarse de ambas maneras. (capacidad comunicativa).

Saber comprender el mundo social y físico en el que nos movemos. (capacidad interpretativa)

Saber buscar información necesaria y juzgar su importancia. (capacidad investigativa y crítica)

HABILIDADES SOCIALES

Saber convivir (respeto, tolerancia)

Saber construir (participar, trabajar juntos)

Saber trabajar con excelencia. (adquirir habilidades y actitudes laborales)

DESARROLLO PERSONAL

Adquirir visión positiva de si mismo y de los demás.

Tener alegría de vivir, un sentido positivo de la vida, abierto a la trascendencia.

En la medida en que el docente se libere de las recetas y métodos y experimentos impuestos en la educación, en la medida en que se convierta en un investigador de aula que se integra a sus alumnos, a las familias de los alumnos, al vecindario. Es probable entonces que se empiecen a percibir cambios favorables que nos permitan tomar la información que realmente requerimos, integrarnos a las nuevas tecnologías sin dejar de lado nuestros principios, superar la cultura del individualismo y abrirse a la cultura del cooperativismo en la cual la escuela y la comunidad trabajen conjuntamente en su crecimiento sin ignorar los efectos del neoliberalismo cruel que devora pueblos dejando a su paso miseria hambre, esclavitud y dependencia de un sistema inmoral que atenta contra los principios de autodeterminación de los pueblos.

La nueva escuela debe propender a fortalecer la creatividad, el discernimiento, la lectura de los medios, masificar los conocimientos y las escuelas de educación deben preparar un docente integral que este consciente de las nuevas fórmulas de producción, del pensamiento postmoderno, de la nueva comunidad del conocimiento. Un docente que este en preparación constante para poder manejar los nuevos paradigmas de la educación del siglo XXI.